Episodio 7

Nacido en un nuevo mundo tras una vida de estancamiento, Will despierta ante las caras de un esqueleto, un fantasma y una momia. Viviendo en las ruinas de una ciudad que ha caído hace mucho tiempo, los tres crían a Will como si fuera suyo. El esqueleto Blood le enseña a pelear; el fantasma Gus le enseña magia; y la momia Mary le enseña religión y responsabilidad. Lo más importante es que todos le enseñan amor. A medida que Will crece y aprende sobre el mundo en el que nació, se prepara para el día en que finalmente debe emprender su propio camino. Para Will, este viaje incluye una promesa de toda la vida. Al alcanzar la mayoría de edad, se requiere que cada adulto jure un voto al dios de su elección, siendo la fuerza del juramento lo que afecta el grado de la bendición de su dios. Con su partida acercándose, Will debe prepararse para aceptar la verdad sobre sus guardianes no muertos y embarcarse en un mundo cuyo estado ni siquiera ellos conocen. Sin embargo, Will descubre que cada juramento debe ser cumplido, de una forma u otra.