Episodio 8
Un día, Hitoyoshi Yokoya se despierta con una misteriosa chica sin nombre vestida de sirvienta tocando el timbre de su puerta y pidiendo ser su sirvienta. Con su antiguo maestro refiriéndola a la casa de los Yokoya, ella ofrece su experiencia como asesina. Intimidado por su pasado, Hitoyoshi intenta enviarla lejos; pero cuando ella deja algo atrás, él se apresura a devolvérselo y casi es atropellado por un camión en el proceso. Con sus reflejos rápidos, la chica lo salva justo a tiempo, y Hitoyoshi acaba llevándola a su casa. Irónicamente, la sirvienta carece de cualquier habilidad aparte del arte de matar que ha perfeccionado desde la infancia. Sin embargo, Hitoyoshi recibe a la chica con los brazos abiertos, animándola a dejar atrás su pasado monocromático y experimentar una vida normal. Para sellar el trato, Hitoyoshi le pone el nombre de Yuki, marcando el comienzo de su camino hacia la redención y la felicidad.