Episodio 2
Midori Asakusa ve el mundo de una manera un poco diferente. Siempre con la nariz metida en un cuaderno de bocetos, Asakusa dibuja paisajes detallados y fondos tanto del mundo que la rodea como del que habita en su inagotable imaginación. Incluso el acto simple de dibujar en una pared se convierte en una reparación de emergencia en el casco exterior de su nave espacial. Solo su mejor amiga, Sayaka Kanamori, logra traerla de vuelta a la realidad. El par es un contraste total, con la asombrosa curiosidad infantil de Asakusa enfrentada al enfoque calculado de Kanamori hacia la vida. Tras un encuentro fortuito donde ambas "salvan" a la joven modelo Tsubame Misuzaki de su sobreprotectora guardia, surge instantáneamente una conexión entre Asakusa y Misuzaki, ya que ambas comparten una intensa pasión por el arte y la animación. Mientras Asakusa está interesada en fondos y escenarios, Misuzaki ama dibujar la forma humana. Al sentir una oportunidad de generar dinero, Kanamori sugiere que inicien un club de animación, que disfrazan como un club de cine, puesto que la escuela ya cuenta con un club de anime. Así comienza el viaje del trío para producir animación que maravillará al mundo. Desde la brillante mente de Masaaki Yuasa, ¡Eizouken ni wa Te wo Dasu na! es una carta de amor a la animación, creativamente salvaje en su enfoque y un testimonio del potencial del medio.