Episodio 8

Algunas oficinas tienen dinámicas estereotipadas: el jefe machista que nunca hace un trabajo real; los empleados cuyo objetivo es adular al jefe; aquellos cuyas vidas parecen perfectas; y los individuos que tienen toda la carga de trabajo real sobre sus hombros. Retsuko, el panda rojo, pertenece al último grupo, ya que se queda tarde la mayoría de las noches para hacer el trabajo que sus compañeros son demasiado perezosos para hacer por sí mismos. Su alivio del estrés de la vida cotidiana llega en forma de cantar metal extremo en un club de karaoke local. Noche tras noche, Retsuko canaliza su tristeza en un micrófono y considera ese lugar como su propio santuario personal. Pero a medida que se aleja de su zona de confort y de las ideas que las personas tienen sobre ella, descubre que dejar que otros entren en su mundo del metal extremo puede no ser algo tan malo.